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No todo frasco que lleva una etiqueta de aceite esencial contiene un aceite esencial, es decir un producto puro, natural e íntegro. “100% natural, es decir, no desnaturalizado con componentes sintéticos con moléculas de semi síntesis o de síntesis total, con agentes de componentes químicos, con aceites minerales, etc. 100% puro, es decir, exento de aceites esenciales aproximados, aceites vegetales, alcohol, trementina. 100% íntegro, sin amputar, sin decolorar, sin desterpenar, sin rectificar, sin sobreoxidar, sin peroxidar.”
La aplicación tópica de aceites esenciales y la difusión ambiental tienen efectos distintos. Al aplicar aceites esenciales en la piel, se pueden obtener beneficios locales y terapéuticos a través de la absorción y circulación sanguínea. Por otro lado, la difusión de aceites esenciales en el aire permite inhalar las moléculas aromáticas, lo cual puede influir en el sistema respiratorio y el estado de ánimo. La elección entre ambos métodos dependerá de los objetivos individuales, siendo importante seguir las recomendaciones adecuadas para cada forma de uso y consultar con un experto en aromaterapia para obtener orientación segura y personalizada.
Aunque tanto el difusor ultrasónico como el nebulizador cumplen la misma función básica, difundir aceites esenciales en un ambiente, existen diferencias significativas en su funcionamiento y resultados. Mientras que el difusor ultrasónico utiliza agua para crear una fina niebla de aceites esenciales, el nebulizador atomiza los aceites directamente en el aire sin dilución. El difusor ultrasónico ofrece una dispersión suave y aromática, al tiempo que humidifica el ambiente, mientras que el nebulizador proporciona una dispersión más concentrada y potente de los aceites, sin agregar agua al espacio. La elección entre ambos dependerá de las preferencias personales y las necesidades específicas de aromaterapia de cada individuo.
Para determinar si eres alérgico/a a un aceite esencial, puedes realizar una prueba de parche diluyendo el aceite en un aceite portador –un aceite vegetal como el de sésamo o almendras- y aplicándolo en una pequeña área de la piel para observar cualquier reacción. Si después de usar un aceite esencial experimentas síntomas como erupciones cutáneas, dificultad para respirar, congestión nasal, estornudos, picazón en los ojos u otros síntomas similares, es posible que seas alérgico a ese aceite en particular. Algunos aceites esenciales, como la canela, el clavo de olor, el orégano, la menta piperita, el tomillo, la bergamota y el limón, son considerados dermocáusticos y pueden causar irritación o quemaduras en la piel si se usan sin diluir adecuadamente. En caso de dudas o síntomas persistentes, es recomendable buscar el consejo de un médico o alergólogo, quienes podrán realizar pruebas adicionales para confirmar cualquier alergia. Recuerda que los aceites esenciales son concentrados y deben usarse adecuadamente, siempre diluyéndolos y siguiendo las recomendaciones de uso seguro.